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Qué me quieren decir esta noche las piedras

Qué me quieren decir esta noche las piedras

libro escrito como cuento.

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Descripción

Octubre 2020   Johan Jönson habla sobre un poema de Lennart Sjögren Lina Rydén Reynolds: Bienvenidos a Poesía para todos, un podcast de la editorial Albert Bonniers, donde poetas hablan sobre poemas que les gustan. Me llamo Lina Rydén Reynolds y soy editora en Albert Bonniers Förlag, encargada de poesía.   Hoy está conmigo el poeta Johan Jönson. Johan Jönson se hizo famoso en 2008 con la colección de poemas Efter arbetsschema (Según el horario laboral), por la cual obtuvo tanto el premio literario Aftonbladets litteraturpris como una nominación para el premio del Consejo Nórdico de Ministros, Nordiska Rådets litteraturpris. Efter arbetsschema se vio como un nuevo tipo de literatura proletaria con sus anotaciones a forma de diario del trabajo asalariado, como del personal sanitario y de las industrias pesadas. Lo que emerge es una reducción del contenido espiritual en el mundo y el inútil e inexplorable desgaste de las vidas.   Anteriormente, Jönson había publicado Monomtrl y Restaktivitet en Albert Bonniers Förlag y varios libros en otras editoriales. Además, ha escrito dramas para la Compañía de Teatro Libre Teatermaskinen. En 2010 se publicó el poemario Livdikt, que fue nominado al Augustpriset. Siguieron tres volúmenes sobre direcciones: med.bort.in, mot.vidare.mot y dit.dit.hään. La obra doble Marginalia/Xterminalia fue publicada en 2019 y premiado con el Sveriges Radios lyrikpris, y de nuevo está nominado para el Nordiska Rådets litteraturpris.   En febrero de 2021 se publica el próximo libro de Johan Jönson, ProponeisiS, con una extensión de más de 2000 páginas. El libro se inicia con el yo de un trabajador al mismo tiempo colectivo e individual que está limpiando un horno industrial para grafito en polvo. El texto es interrumpido por quince cuadernos independientes, que están sujetados entre las hojas del libro marco.   Johan, gracias por participar aquí en Poesía Para Todos el día de hoy.   Johan Jönson: Gracias por la invitación.   LRR: ¿Cuál es el poema que has escogido y sobre el que quieres hablar?   JJ: He escogido un poema de Lennart Sjögren del libro En el ramaje de 2019.   LRR: Bien. Y este es un poema que no tiene título. Dentro de poco te voy a pedir que lo leas, pero primero quisiera hacer una breve introducción de Lennart Sjögren.   Nació en 1930 y vive en Öland. Ha escrito poemas durante más de sesenta años. Hoy día ocupa una posición única en la literatura sueca. Sjögren cumplió noventa años el verano pasado y sigue activo como poeta. Debutó en 1958 con Håll portarna öppna y desde entonces ha publicado cerca de treinta libros. A lo largo de los años ha ganado varios premios, por ejemplo, el Sveriges Radios Lyrikpris, el Frödings Stora pris, De Nios pris. Su libro más reciente es En el ramaje, publicado el otoño del año pasado. Y el poema que has escogido se encuentra en la página diez de este libro.   JJ: Así es.   LRR: Bien. Quisiera pedirte que lo leas.   JJ: Sí. Puede sonar así:   Qué me quieren decir esta noche, las piedras donde yacen traídas por las olas tan cerca de la orilla y del agua que está cristalina y fría   En algo se parecen a las focas con su forma de bobina y sus ojos humanos despiertos y piadosos   Tal vez solo deseen que yo, igual que ellas, regrese al agua que una vez las lanzó hasta aquí.     LRR: Gracias, Johan. Una lectura muy linda. Expresado de una manera sencilla, se podría decir que es un tipo de lírica de la naturaleza existencial. ¿Estarías de acuerdo?   JJ: Pues, sí, por qué no. No obstante, no haría énfasis en que fuera existencial, tal vez. Lo que a mí me llama la atención en primer lugar es, claro está, que el poema es corto, que es muy sencillo…   LRR: De acuerdo…   JJ: …de alguna manera. La atención está dirigida a estas piedras en la orilla.   LRR: Totalmente. Y las piedras, según mi modo de ver… la piedra frecuentemente es un símbolo explícito de algo que está muerto, que no tiene nada adentro. Pero aquí no es exactamente así, o por lo menos existe una pregunta sobre esto, se puede decir.   JJ: Sin duda.   LRR: Okey. Como inicia con el verso Qué me quieren decir esta noche, las piedras se entiende que existe la posibilidad de que la piedra tenga, pues, una subjetividad, por llamarlo de algún modo.   JJ: Sí, por la manera en que está formulada la pregunta, se sugiere que pueden considerarse agentes. A mí me viene a la mente el poeta ruso Ósip Mandelshtam y sus conocidos versos sobre la piedra, que más o menos dicen que la piedra es un diario de tiempo impresionista lleno de millones de años de catástrofes. Y esto se podría transferir a este poema, de algún modo. Me parece que se puede.   LRR: Okey. ¿Y cómo es eso?   JJ: Bueno, así se atribuye a las piedras un testimonio inmenso de un tiempo muy largo.   LRR: Totalmente.   JJ: Eso podría ser el caso aquí.   LRR: Ok. Y si nos enfocamos en los versos finales, se entiende que quien escribe el poema, pues no sabe lo que quieren decir las piedras. No lo saben los lectores ni quien escribe. «Tal vez solo deseen que yo, igual que ellas, regrese / al agua que una vez las lanzó hasta aquí.» Se trata de alguna forma de movimiento, como alguna forma de movimiento cíclico casi, un movimiento de regreso.   JJ: Así es. Es difícil, como lector, resistirse de hacer una excursión o digresión hacia una teoría de la evolución.   LRR: Sí.   JJ: Por lo menos yo lo hago.   LRR: Okey.   JJ:   A veces cuando lo leo. En la segunda estrofa se habla de… Pues, tal vez debamos especificar que el poemas es muy corto. Son tres estrofas separadas por dos líneas en blanco: tres versos, dos versos y, por último, dos versos.   LRR: Sí.   JJ: Me parece que las líneas en blanco crean un ritmo muy marcado, claro está. Se crea un espacio de reflexión, una pausa, una incertidumbre entre las estrofas. Y lo extraño con este poema, en mi opinión, como con muchas otras de las obras de Sjögren, es que es muy fácil extraer una digresión muy larga sobre una meditación alrededor de la evolución, la teoría de la evolución. En la segunda estrofa se habla de que las piedras se parecen a «las focas con su forma de bobina», a las cuales a su vez se les atribuyen «ojos humanos despiertos y piadosos».   LRR: Totalmente. ¿Puedo hacer un comentario aquí? A mí me parece que esto es algo que resalta en el poema. Por una parte, se trata de un símil, las piedras se parecen a algo. No se dice que las piedras son focas o algo por el estilo, sino que se parecen a las focas. Sin embargo, se dice además que las focas tienen «ojos humanos despiertos y piadosos».   JJ: Sí.   LRR: Entonces uno se puede preguntar: Bueno, ¿los ojos humanos en general son despiertos y piadosos? En mi lectura este no es el caso, sino que se trata  más bien de algún tipo de, tal vez no sea una contradicción, pero algo que juega con las posibilidad de que en realidad son las focas las que son despiertas y piadosas, y que aquí dice que además tienen ojos humanos que parecen tener las mismas características. No me parece que el humano en este poema sea despierto y piadoso.   JJ: No.     LRR: Me parece que hay algo interesante en eso, en lo que hace de la relación entre piedra-foca-humano.   JJ: Así es. Y «ojos humanos despiertos y piadosos»… Quiero decir que en la perspectiva evolucionaria, el ser humano tiene una vida corta en comparación con las piedras, el mar…   LRR: Claro.   JJ: …y la fauna. El que estén despiertos podría, por así decirlo, apuntar a esto, señalar esto. Y lo piadoso además podría… Pues, reflexiono mucho precisamente sobre esta palabra del poema, piadoso.   LRR: Okey.   JJ: Quiero decir que frecuentemente se asocia con que uno es piadoso en su fe.   LRR: Totalmente. Algo religioso.   JJ: Así es.   LRR: Okey.   JJ: Y en esta lectura, la cosmología humana sería, por así decirlo, piadosa en su fe, al mismo tiempo que está rodeada por un tiempo sustancialmente más extenso y, tal vez por eso, por un conocimiento, o una experiencia sustancialmente más extensa.   LRR: Sí, claro. Es cierto. Que en realidad es la perspectiva pequeña, el conocimiento pequeño, el hecho de ser piadoso.   JJ: Sí.   LRR: A diferencia de cómo podría ser, por ejemplo, la piedra.   JJ: Sí, exacto.   LRR: Además, en las últimas dos estrofas, «Tal vez solo deseen que yo, igual que ellas, regrese / al agua que una vez las lanzó hasta aquí». Parece algo que la piedra no quiere, tal vez, sino más bien un estado de la piedra, o de la naturaleza. Como si fuera esto, en realidad, el único posible deseo de la naturaleza.     JJ: Sí. La naturaleza como tal es, por así decirlo, relativamente indiferente y tiene una actitud letárgica ante la subjetividad humana y su poder oculto…   LRR: Totalmente   JJ: … en cierto sentido. Y si hacemos una digresión al resto de la obra de Sjögren, es una figura recurrente en Lennart Sjögren, quiero decir esto donde el agente humano de la forma del poema, que este sea solo una muy pequeña parte de la ecología del gran sistema Tierra, por así decirlo.   LRR: Okey. Así es.   JJ: Es su propio agente, claro está, sobre todo el poema lo es. Es este el que escribe o canturrea todo lo demás, el que nombra todo lo demás, etc. Por supuesto.   LRR: Okey.   JJ: Sí, de hecho es una figura muy recurrente en Sjögren esto de la enorme extensión de la compleja interdependencia multivalente, la reciprocidad, que rige el sistema Tierra.   LRR: Sí, totalmente. Que el ser humano no es más que esto, simplemente.   JJ: Eso.   LRR: Pues, no. Anteriormente hemos hablado de Sjögren y entonces mencionamos el concepto áspero, que muchas veces se considera áspero a Sjögren. ¿Qué opinas de esto?   JJ: Pues, sí, no está mal, pero más bien, diría yo, son las condiciones que se tratan o que se describen que son ariscas. Porque la misma voz del poema se mantiene extrañamente igual a lo largo de todos estos años.   LRR: Okey.   JJ: Y ahora…   LRR: ¿Y qué tipo de voz es esta?   JJ: Bueno, es muy apacible, es suave, es discreta.   LRR: Okey.   JJ: Y es estable.   LRR: Claro.   JJ: No s precisamente una voz que canta. No es del todo un poema-canto en este sentido.   LRR: Okey.   JJ: Y no hay, por así decirlo, nada de defectos o tartamudeos vanguardistas o ninguna mierda de ese tipo, sino que siempre es una subjetividad poética estable la que habla, muy contenida, me parece.   LRR: Okey. Así es.   JJ: Y esto prosigue, pues, el desgraciado acaba de cumplir noventa años, maldito sea.   LRR: Es correcto. Es muy impresionante.   JJ: Y es la misma… Sí, es extraordinario. Pero bueno: lo áspero. Si nos vamos, para variar, a la página cinco del libro En el ramaje…   LRR: Sí, muy bien, tenemos como punto de partida el de en la página diez…   JJ: Así es.   LRR: Pero puede ser bonito. Totalmente. Abrimos…   JJ: Sí, porque…   LRR: Es el primero del libro.   JJ: …tiene una posición privilegiada cuando abrimos el libro. La página cinco es una página en blanco, con tres versos en cursiva:   No esquives el éxtasis ahora que la sequía se expande cada vez más por los campos interiores.   No sé qué sea: ¿Es un poema? ¿Es una medida y una instrucción para la lectura? Da igual. Si tenemos esto en la mente cuando leemos nuestro poema, entonces tal vez las condiciones se puedan ver como ariscas: pues, regresaremos al mar, algún día nos moriremos y entonces al final llegaremos a ser parte del mar o de la tierra o de algún otro lugar. Pero hasta que esto ocurra, lo que el poema hace –por lo menos aquí me parece esto a mí–, pues, hay un júbilo quedo sobre el hecho de que el lenguaje humano, de que el poema pueda realizar este tipo de atención, esta reflexión, esta narrativa corta. Hay un júbilo quedo por esto.   LRR: Así es.   JJ: Es bien fascinante.   LRR: Totalmente. Y entonces podría ser el éxtasis de la que se habla en la primera página.   JJ: Sí, eso es, exacto. Yo diría júbilo quedo y no éxtasis, pero…   LRR: Quisiera decir algo más sobre lo que venimos diciendo en términos de lo áspero. Porque para mí, cuando leo sus poemas, me infunden más bien tranquilidad. Quiero decir que hay algo…  en que el ser humano es una parte del todo, pues, la naturaleza o cómo decirlo. Y que no somos más que esto. Me parece que son maneras completamente distintas de entender las cosas. Para decirlo de una manera banal: o bien hay personas para quienes mirar el cielo estrellado es algo muy agradable porque así se sienten insignificantes. O bien hay personas a quienes le parece insoportable mirar el cielo estrellado justo porque así se sienten insignificantes.   JJ: Sí.   LRR: Y yo pertenezco más bien a las primeras, para quienes es algo tranquilizador, lo cual implica que lo áspero en realidad no está allí para mí como lectora, aunque puedo comprender este razonamiento.   JJ: Ok. Bueno, pero hay, en mi opinión, a través de toda la obra de Sjögren un, cómo decirlo, fundamento de materialismo histórico, aunque no quise decir eso. Se trata más bien de un tropo de materialismo cosmológico que impregna toda su obra.   LRR: Así es. Podrías desarrollar un poco lo que quieres decir con esto.   JJ: Sí, bueno. Por ejemplo, en este poema, es razonable pensar que estas piedras… o más bien, no es poco razonable pensar que estas piedras modestas en una orilla hacen algo. Han existido por una eternidad, más o menos, pero claro está que no sabemos exactamente qué es lo que hacen. Ni mucho menos lo otro: la orilla, el agua, los animales, etc.   LRR: Okey.   JJ: Y es esto es lo que frecuentemente logran los poemas de Sjögren, en mi opinión, de una manera muy sencilla y extraordinaria. Cuando –luego de leer el poema, y de haber realizado la digresión sobre la teoría de la evolución, ida y vuelta– uno vuelve al poema, entonces esta gran cosa sin resolver, que no es posible conocer, subsiste.   LRR: Okey. Totalmente. Así que a pesar de que uno de alguna manera puede considerar haber descifrado el contenido, no parece ser así cuando uno vuelve al poema.   JJ: Así es. No es un jeroglífico de la teoría de la evolución.   LRR: Así es.   JJ: Al contrario, es una meditación serena… Quiero decir, es una variante que se puede superponer a esta. A pesar de todo sigue siendo una teoría. Pues no existe ninguna persona que haya vivido la evolución con los sentidos.   LRR: No, esto está claro.   JJ: Esto es por definición imposible. Pero en este punto el poema se queda tan cerca de su objeto, sin confundirse nunca con los objetos del poema. Y esto es algo frecuente en Sjögren. Más bien, no sé qué palabra usar, creo que milagro sería una palabra ajena a Sjögren. Hay muy poco de transgresión en su obra.   LRR: ¿Entonces tampoco usarías un concepto como místico?   JJ: Posiblemente. Pero también se siente un poco… exagerado de alguna manera.   LRR: Ok. No. Totalmente. Y tal vez se siente equivocado justo porque los poemas se perciben como tan cercanos. Eso.   JJ: Son muy cercanos. Y dentro de este sistema Tierra del que formamos parte, Lennart Sjögren frecuentemente medita sobre una serie de cosas, animales, etc. En este libro hay un poema de roles sobre una estalactita de hielo: «yo soy la estalactita de hielo»… El yo poético habla con clavos en una caja en una caseta de herramientas y cosas por el estilo.   LRR: Sí, totalmente. Y en estos casos de nuevo se ocupa de la idea de que lo que consideramos cosas u objetos, la naturaleza, podrían bien tener deseo, una voz o una subjetividad. Eso.   JJ: Sí. Parece completamente razonable pensar que todos estos objetos, las partes del paisaje, todos estos animales, fenómenos geológicos sin duda influyen en nosotros como seres humanos. Pero no está para nada puesto en evidencia de qué manera. Y esto, lo que no es posible conocer, este poema se atreve a conservarlo. Y lo mismo pasa en casi toda su obra. Está muy cerca de los objetos, la naturaleza, los trozos del paisaje, pero sin, por así decirlo, colonizarlos en cierto sentido.   LRR: Así es. Y esto me parece algo fascinante de su obra…   JJ: Muy.   LRR: …y este poema en particular. Que como poeta simplemente logre esto…   JJ: Sí, es muy extraordinario. Y si seguimos especulando un poco más, hay –es casi como si esta extraña voz poética quieta y estable, que Sjögren ha empleado durante más de sesenta años, maldito sea– quiero decir, es como si esta también formara parte, de alguna manera, de este enorme sistema Tierra cosmológico. Está allí. Porque rara vez, por no decir nunca en el caso de Sjögren, se trata de una voz expresionista. Pero está allí. Es como si… después de que el humano dejara de ser animal, en el sentido que le damos, es como si en ese momento surgiera esta voz poética o del lenguaje, y Lennart Sjögren ha sido fiel a ella a lo largo de los años. No llama la atención, como dije, casi nunca es particularmente expresionista. No contiene disparates vanguardistas, sino que es del todo quieta y estable. Pero, claro está, puede haber dolor a veces, y aquí se insiste en un éxtasis por el hecho de existir, o, si vamos al primer verso del poema, «Qué me quieren decir esta noche, las piedras», quiero decir que esta noche podría hacer referencia a que ¿es tarde en la vida para el yo poético?, ¿es tarde sobre la tierra?, ¿es el ocaso del planeta?   LRR: Claro.   JJ: ¿O se trata simplemente de una noche de septiembre cualquiera? Este tipo de melancolía. No es algo explícito. Bueno, además pensaba en otra cosa a propósito de lo áspero, algo que tal vez no hayamos afirmado aunque sí notado. Si Dios tuviera la necesidad de dejar que se reescribiera el Antiguo Testamento –y puede que sea necesario, nunca se sabe–, entonces son dos escritores que deben ser clonados a uno solo para llevar a cabo este trabajo, y son Cormac McCarthy y Lennart Sjögren. Sería algo lindo poder leer eso.   LRR: ¡Es maravilloso! Puedo comprender perfectamente que Dios piense así.   JJ: Sí. Y creo que lo que escribirían superaría mil veces al antiguo Antiguo Testamento.   LRR: Sería bueno para todos nosotros, tal vez, si lo lográramos.   JJ: Sí.   LRR: Johan, fue una lectura muy linda. Gracias por ella y por aceptar la invitación a participar en este episodio de Poesía para todos. Este podcast se transmitirá durante el otoño [2020] y Johan Jönson ha hablado acerca de un poema de Lennart Sjögren, el cual se encuentra en su poemario más reciente, En el ramaje. Gracias por escucharnos. Vamos a concluir escuchando de nuevo el poema.   JJ: Qué me quieren decir esta noche, las piedras donde yacen traídas por las olas tan cerca de la orilla y del agua que está cristalina y fría   En algo se parecen a las focas con su forma de bobina y sus ojos humanos despiertos y piadosos   Tal vez solo deseen que yo, igual que ellas, regrese al agua que una vez las lanzó hasta aquí.

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